Logroño, 1959. La muerte de un prócer local crea una doble expectativa en su familia, que llegue pronto el televisor que compró el finado y que el alcalde asista al velatorio. Su biznieto (Airas Brispo) será testigo de situaciones esperpénticas.
Logroño, 1959. La muerte de un prócer local crea una doble expectativa en su familia, que llegue pronto el televisor que compró el finado y que el alcalde asista al velatorio. Su biznieto (Airas Brispo) será testigo de situaciones esperpénticas.